Todo empezó con una llamada telefónica a mitad de semana: Hay buena previsión de meteo, riesgo 2-3 de aludes, tenemos dos días de fiesta y sitio en el coche ¿A qué esperas para venirte a los Écrins? Dicho y hecho.
Negociar a toda prisa dos días de vacaciones, preparar los trastos y plantarme el sábado en Bellaterra para ser recogido al pasar camino de Francia. El objetivo: hacer un cuatro mil desde la carretera, sin utilizar teleféricos ni remontes mecánicos.
Sábado 30-04: Atravesamos Francia para, unos kms. antes de Briançon, a la altura de Argentière la Bassèe, coger la carretera que va aVallouise, Pelvoux (donde nos damos una buena cena) y, finalmente, Ailefroide. Este año, de poca nieve, la carreterita que sube está abierta, pero aproximadamente a 1.800 m. de altitud, a un km del Parking de Pré de Madame Carle está cortada por el hielo y nos obligaa buscar un sitio para aparcar y a un vivac a pie de coche.
Domingo 01-05: Sobre las 7,30 de la mañana iniciamos el porteo con el armario a cuestas, primero por la carretera helada y luego, dejando a la izquierda el Glacier Noire, superando fatigosamente la muralla rocosa en la que desemboca el Glaciar Blanc por un zigzagueante sendero muy bien trazado. A unos 2.250 m. empieza la nieve, tras dos horas de hacer de mula de carga, ya es hora de empezar a foquear. Hace un calor achicharrante, veintimuchos grados, que nos deja deshidratados. Seguimos remontando el glaciar por la derecha y pasamos al lado del refugio Glacier Blanc (2.542 m.), que está abierto y guardado y presenta buen aspecto. Se sigue el glaciar haciendo un arco hacia el oeste hasta que se divisa el refugio des Écrins (3.170 m.) en lo alto de un promontorio rocoso, unos 80 metrospor encima del plateau glaciar. Remontamos la última cuesta y tras poco más de tres horas foqueando, 5 horas desde el coche, y unos1.400 m. de desnivel nos aposentamos en el refugio. Es domingo y el fin de semana ha estado repleto de franceses, que bajan esquiando después de hacer el Dôme, la Roche Faurio o el Pic deNeige Cordier. En el refu sólo estamos nosotros cinco, otros tres madrileños y cinco franceses que van con su guía. Es un refugio cómodo, con buenas habitaciones y salón, pero que no tiene taquillasy, sobre todo, con un grave problema con el WC: la m... no cae al glaciar sino que se queda pegada en la roca apestando a centenares de metros a la redonda. A pesar de ello, disfrutamos en manga corta de una tarde veraniega, mirando la cima y de una magnífica cena con tabla de quesos y dos porciones de tarta con nata incluidas.
Lunes 02-05: Diana a las 4,30 horas. Tras un pésimo desayuno y un infame café, sobre las 5,30 comenzamos el ataque a la cima ... con una bajada. Hay que esquiar hasta el glaciar y allí poner pieles y cuchillas y remontar el larguísimo plateau hasta el inicio de lo bueno. Todos los españoles vamos al Dôme y todos los francesesa la Roche Faurio. Hace viento y están entrando amenazadores nubes negras. Es un año de escasa nieve y los séracs están al descubierto y muy resquebrajados. En todas partes salen muros de hielo vivo y muchas grietas. Para nuestra suerte, la huella que dejaron el día anterior está bien marcada, y haciendo zetas y largas diagonales vamos evitando las murallas de amenazantes séracs que se empeñan en cortarnos el paso. Así llegamos al farallón de la Barre des Écrins, objetivo real denuestro viaje. De la vertical de la cima baja una especie de corredor, el Itinerario Coolidge, con tramos de 50 grados que, sobre el papel, nos veíamos con ganas de atacar. Palabrería vana. La rimayaestá abierta e, inmediatamente encima, sale un muro de verglass de varios metros que nos hace desistir. Seguimos en una larga diagonal dirección oeste y aprovechamos el único puentecito de nieve para cruzar la rimaya con los esquís y acometer la fuerte y helada pendiente final del Dôme (virgencita que no me caiga en una vueltamaría), a cuya cima llegamos con los esquís puestos, tras tres horasy media y unos mil metros de desnivel positivos.
Descendemos esquiando hasta la Brecha Lory, inicio de la arista de laBarre, vía normal PD +. El viento es muy fuerte y helado, la aristaestá medio tapada por las nubes y sobre la rimaya también hay muro dehielo vivo. Todo esto nos hace dudar, aplaca nuestras ganas, y la prudencia puede con la ilusión y desistimos de conquistar la Barre: hemos paseado las cuerdas, los arneses, tornillos, friends y demás ferralla (incluso crampones y piolet que no usamos) por todos los Écrins para nada, masocas que somos algunos.
El descenso lo iniciamos con nieve dura, buena para girar y buscar elpaso entre las barreras de séracs. A mitad de bajada topamos con restos de aludes, bolos de hielo y grietas que nos dificultan elpaso, pero que negociamos con prudencia. Debajo de la última murallade séracs, se abre una magnífica pala, con una nieve perfecta que incluso nos hace parecer buenos esquiadores.
En el plateau glaciar la nieve es otro cantar, pesada, pegajosa, que nos obliga a remar hasta llegar a los tubos entre los dos refugios. La nieve está pesada y en algún tubo de S4 nos vemos obligados a bajar derrapando (menos mal que no hay nadie que nos mira).
Tras dos horas y pico y 1.750 m. de desnivel de esquiada se acaba la nieve y nos convertimos de nuevo en mulas para portear el armario hasta el coche.Tras adecentarnos en el río iniciamos el regreso. Vano intento, la carretera está cortada los días la borables en Ailefroide por trabajos de reparación y nos vemos "condenados" a beber cerveza, hasta que alas cinco y pico de la tarde nos dejan pasar. Para matar las penas, nos regalamos una opípara cena en una brasserie de Embrun y un vivac en una praderita del Lac de Serre-Ponchon. Resultado: a las dos horas empezó a llover y como los magrebíes, cinco tíos intentando dormir en un coche atestado de trastos. Al final, a la cuatro de la mañana, molidos y con tortícolis, carreteray manta.
Desnivel primer día: + 1.400 m.
Desnivel segundo día: - 80 m., + 1.000 m., – 2.200 m.
Participantes: Luis Javier, André, Javier, Pablo y Tomás.
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